FITZGERALD CANTERO PIALI: ¡Prohíba, Vázquez, prohíba!
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Hola:

Soy Fitzgerald Cantero Piali, desde el 7 de julio de 2005 asumí una banca de Edil en la Junta Departamental de Montevideo.

Tengo 31 años, soy el más joven allí. Trabajo en política porque creo que es una función noble que debe ser bien manejada para el bienestar de los ciudadanos. Pertenezco a Vamos Uruguay del Partido Colorado.

Estoy convencido que mi partido debe renovarse, como también lo deben hacer el resto de los partidos. No tengo dudas que dicha renovación no pasa solamente por un recambio generacional, sino por el cambio de mentalidad y de determinados estilos que han venido siendo asociados a la política.

Estoy abierto a todas las propuestas, ideas, sugerencias, críticas y demás, provengan de donde provengan, siempre que sean realizadas con respeto y con la intención de aportar a nuestra sociedad. Si queres comunicarte conmigo estoy a tus órdenes.

Te invito a participar enviándome tus sugerencias y comentarios a pedro10520@gmail.com


20 octubre 2008

¡Prohíba, Vázquez, prohíba!

Por Fitzgerald Cantero Piali
La izquierda sesentista, se subió a varios carros que recorrían el mundo intelectualoide y a varias seudo revoluciones, entre otros paradigmas perecidos en los hechos.
Uno de lo lemas que le gustó repetir fue “prohibido prohibir”. Una vez en el gobierno, en este complejo siglo XXI, la prohibición ha sido una tónica usada con exageración.
Podemos profundizar en el análisis y encontrar varios elementos prohibitivos que recortan la libertad positiva de los individuos. Sumariamente podemos señalar dos que están en la sociedad de forma insoslayable. Uno es la prohibición de fumar en lugares públicos. El otro va en el mismo camino, la prohibición de adquirir alcohol a determinadas horas de la noche. Respecto a esto último, fue curioso el argumento expuesto por el propio Presidente de la República, dijo que en la rambla montevideana, se prestaba un servicio de venta delivery de alcohol, y que eso no podía continuar, por lo cual, ley mediante, se va a prohibir en todo sentido -y lugar- la venta de esos productos. ¿Es legal pararse con un vehículo en la calle y expender bebidas, ya sea alcohólicas o no? Si no lo es y el mismísimo señor Presidente tiene noticias de ello, ¿por qué no actúa en consecuencia?
No, es más fácil prohibir. Adviértase que se prohíbe la publicidad de cigarrillos y bebidas, dos clientes importantes de los medios de comunicación -a los cuales este gobierno ha atacado desde el inicio, por informar lo que sucede, contrario a los intereses gubernamentales- y crecen, en contrapartida, los avisos públicos. Desde el Ministrio de Vivienda, anunciando planes que nadie conoce, pasando por el recambio de lamparitas de UTE y hasta la IMM, que tiene el récord de atribuirse en sendos spot publicitarios, las visitas de mandatarios extranjeros o las maratones organizadas por empresas privadas. Sospechoso, ¿verdad? Lejos están nuestras convicciones filosóficas de las prohibiciones, cuanto menos prohibiciones, más libertad y por ende, más felicidad pública. Por supuesto que hay elementos en una sociedad que deben limitarse, pero no los que atenten contra la libertad de los individuos. Ahora bien, en estos momentos, asistimos a una campaña bien montada que debería ser prohibida por el presidente de la República, por la salud del sistema político, de la imagen presidencial y de la democracia.
Me refiero a la campaña que viene realizando un grupo de ciudadanos, proponiendo la reelección de Vázquez. Pasacalles, afiches inundando las paredes, sitios en Internet, espacios radiales, militancia, etc. Todo con un gran componente logístico y económico atrás, que dicen sus responsables, es mantenido por unas 20 personas que participan de la organización. Más allá que el presidente ha dicho públicamente, en más de una oportunidad, que no va a presentarse a una reelección, esos militantes persisten en la idea y utilizan para una campaña proselitista, al borde de la Constitución, la imagen del Presidente de todos los orientales. Él, tan afecto a las prohibiciones, debería prohibir su uso.
En los últimos días, en un programa de televisión por cable, Vázquez dejó la puerta entreabierta a una eventual postulación suya –reforma constitucional mediante- a la presidencia en octubre de 2009. Algunos atribuyeron la maniobra a la intención de equilibrar la balanza y sujetar a Mujica en la interna del Frente Amplio.
Por una cosa o por otra, la decisión es errónea y reporta un serio riesgo para el Uruguay. El presidente no debe utilizar su investidura para suavizar las disputas internas de su partido, ni tampoco jugar con una reforma constitucional.
Si sus aspiraciones son esas -razón por la cual no frena a quienes lo impulsan-que las diga claramente, y el elector sabrá que tiene esa nueva oferta electoral. Si no lo son, que prohíba el uso de su imagen para esa campaña. No podrá decir que garantiza la libertad y que no le agrada establecer prohibiciones, es su deporte preferido desde marzo de 2005.
Prohíba, Vázquez, prohíba.