FITZGERALD CANTERO PIALI: Los colorados y las privatizaciones
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Hola:

Soy Fitzgerald Cantero Piali, desde el 7 de julio de 2005 asumí una banca de Edil en la Junta Departamental de Montevideo.

Tengo 31 años, soy el más joven allí. Trabajo en política porque creo que es una función noble que debe ser bien manejada para el bienestar de los ciudadanos. Pertenezco a Vamos Uruguay del Partido Colorado.

Estoy convencido que mi partido debe renovarse, como también lo deben hacer el resto de los partidos. No tengo dudas que dicha renovación no pasa solamente por un recambio generacional, sino por el cambio de mentalidad y de determinados estilos que han venido siendo asociados a la política.

Estoy abierto a todas las propuestas, ideas, sugerencias, críticas y demás, provengan de donde provengan, siempre que sean realizadas con respeto y con la intención de aportar a nuestra sociedad. Si queres comunicarte conmigo estoy a tus órdenes.

Te invito a participar enviándome tus sugerencias y comentarios a pedro10520@gmail.com


16 febrero 2008

Los colorados y las privatizaciones

Por Fitzgerald Cantero Piali
Por estos días, persiste la discusión si se vota o no el pliego licitatorio que habilite la concesión del hotel Casino Carrasco y de su sala de juegos.Desde hace algunas semanas, ha sido destacada en los medios, la discusión de que es ilegal concesionar, por parte del municipio, las instalaciones del Hotel Carrasco con su casino incluido. Para que el gobierno frentista de Montevideo esté habilitado a ello, necesita una ley que le otorgue el marco jurídico que hoy no tiene.En la Junta Departamental se han venido manejando varios informes jurídicos que señalan -todos ellos-, que en las condiciones actuales, tal concesión es imposible. También tomó estado público que el Partido Colorado votará dividido en esta oportunidad. Siete de los ocho ediles, estamos en contra de otorgarle anuencia al intendente Ehrlich, para llamar a una licitación ilegal. El mismo proyecto de decreto que establece la anuencia, señala la condición previa de la existencia de una ley para culminar la concesión. Contradictorio, sí, y además, absurdo: “intendente le damos la anuencia para que conceda, pero antes de conceder consiga una ley”.La historia debería ser al revés -y es lo que venimos reclamando-, el Frente Amplio tiene mayoría absoluta en ambas Cámaras, pues, que legislen en consecuencia y luego, ahí sí, que el intendente envíe los pliegos para comenzar a estudiarlos. El correligionario Aníbal Gloodtdofsky que votará con el Frente Amplio, ha sostenido sus argumentos, muchos de los cuales son los mismos que nosotros tenemos, con la pequeña gran salvedad de que votaremos de distinta manera. Lo siguiente es mi opinión respecto a declaraciones de Gloodtdofsky al semanario Búsqueda del jueves último. Sobre los dichos de mi estimado colega en las diferentes bancadas que hemos tenido por este tema, me reservo la opinión para ese ámbito.De ese modo, haré mención a: “La gente no puede entender cómo el Partido Colorado, que toda la vida ha sostenido las concesiones a privados de distintos servicios públicos, hoy está en contra de una propuesta que ha sido nuestra práctica habitual desde el gobierno”.En primer lugar, demos por válido -y solamente como ejercicio dialéctico- que nuestro partido “toda la vida ha sostenido las concesiones a privados de distintos servicios públicos”. En ese marco habría qué preguntarse cuál es toda la vida a la que se refiere Gloodtdofsky. Toda la vida del partido, si tomamos su fundación historiográfica -para algunos dentro de los que me incluyo, los partidos nacieron desde la Revolución Oriental-, se inicia en 1836. Un mero repaso por esa rica historia, echaría por tierra la afirmación de marras. Si, en cambio, “toda la vida” es de 1985 a 2005, tampoco la sentencia se ajusta a la realidad. Seríamos obtusos en nuestro pensamiento y en nuestro modus vivendi, si procediéramos conforme a posiciones del pasado. Esto es, no podemos aprobar cualquier cosa en el presente, - ilegalidades, bajo ninguna circunstancia-, porque en el pasado se subastó la Terminal de Contenedores del Puerto por 30 años, por ejemplo.En segundo lugar, es interesante someter a la luz de los hechos, si la concesión “a privados de distintos servicios públicos…ha sido nuestra práctica habitual desde el gobierno” colorado. El viejo Estado liberal, al que nos endilgan a los colorados desde tiendas externas, panfleto que ha sido incorporado por algunos correligionarios, tenía dentro de sus funciones asegurar la paz interna, defender a la patria de los ataques extranjeros, impartir justicia y nada más.Si nuestros objetivos hubiesen sido concesionar los servicios públicos acercándonos a ese tipo de Estado, nuestros gobiernos no hubiesen gestionado y desarrollado tareas no propias del Estado. Veamos, la educación -un servicio que es prestado exclusivamente por privados en algunos países- en nuestro país el Estado la presta desde preescolares hasta la universidad de forma gratuita. Es más, en la segunda administración Sanguinetti, se amplió fuertemente la cobertura, lo cual ha sido muy positivo para preescolares, enseñanza primaria y formación docente.La salud, tampoco fue privatizada. Ni se suprimieron ministerios. Peor, se crearon nuevos. Ni se habilitó a privados a construir cárceles. Tampoco se eliminaron monopolios.Por cierto que hubo colorados que estuvieron de acuerdo con Ley de Empresas Públicas de 1992. No es menos cierto que hubo colorados en contra.De modo de ser más eficaces en los conceptos, preguntémonos qué servicios pasaron a manos privadas bajo los gobiernos de los últimos veinte años: el puerto ya mencionado, las carreteras, el aeropuerto y el hipódromo de Maroñas. Nada más. Comparémoslo con la gran cantidad de servicios estatales. Estas líneas no deben tomarse como un alegato estatista. Simplemente pretende poner en su justa medida una afirmación que no se corresponde con la realidad. Si los colorados aceptamos el discurso progresista, tan falaz como estratégico, de que somos “neoliberales”, no sólo caeremos en la trampa sino que contribuiremos a desfigurar nuestra identidad. Las privatizaciones no son buenas o malas per se. Puede haber buenos negocios, como los mencionados de los períodos anteriores, y puede haber negocios desastrosos como el de los casinos municipales.Otra discusión, que obviamente daremos, es sobre las ironías del Frente Amplio, que se opuso -referéndum mediante- a la asociación de Ancap, luego de haber coredactado la ley, totalmente lejana a esta concesión que se propone para el Hotel Carrasco. Pero ese análisis nos puede llevar tanto espacio como una columna en sí misma. La semana próxima lo abordaremos.

1 Semanario Búsqueda, jueves 9 de agosto de 2007, página 11.