El arte de no decir diciendo

La política es una ciencia y un arte. Tomada como esto último, nos encontramos con varios elementos que lo constituyen. Que se usen todos esos elementos en el trabajo habitual de la política, no quiere decir que el actor ejecutante sea un gran artista. Es lo mismo que los músicos, usted puede tener diez individuos que tocan la guitarra, pero no tiene a diez músicos, tiene a algunos que sí lo son y a otros que son improvisados.

Uno de los elementos de la política, entendida como arte, es el de decir, queriendo decirlo, pero advirtiendo que no se quiere decir. Parece un trabalenguas, pero no lo es. Para demostrarlo valga este ejemplo. Debido a que me encuentro estudiando algunos procesos de referéndums y plebiscitos, he revisado mucha literatura y expresiones de los más diversos actores políticos.

Entre ellas, me encontré con afirmaciones del actual Presidente del Honorable Directorio del Partido Nacional, que cuando se votó la anterior reforma constitucional, en diciembre de 1996, mientras era intendente de Paysandú, expresó que él no iba a decir "lo que muchos uruguayos dicen y piensan: que 'Tabaré Vázquez le ganó a Volonté, a Sanguinetti, a Michelini y a Astori juntos en Montevideo' porque respeta a 'esos legítimos representantes de cada una de esas colectividades políticas', y que tampoco decía 'lo que muchos nacionalistas piensan (...) que el resultado de la magra votación dentro del PN es responsabilidad del Dr. Volonté y del Dr. Lacalle, porque sus liderazgos están cuestionados'. 'Eso tampoco lo digo, pero tampoco voy a aceptar que se establezca un ajuste de cuentas desde el Directorio del PN del que ahora resulta que nadie es autor'."

O sea, lo que no quería decir, lo dijo.

Esta técnica, maña, muletilla, estrategia o como quiera usted denominarla, es usada frecuentemente. Últimamente con mayor frecuencia.

Lo más reciente en ese sentido, han sido las declaraciones del señor ministro de Turismo y Deporte quien se mandó la famosa partitura del digo pero no. Dijo el excelentísimo Secretario de Estado, " (…) el fútbol requiere de agua, jabón y cepillo de alambre; requiere de cambios importantes y entendemos que un pedido de más poderes por ahí no va la cosa", en clara alusión a Figueredo a quien el gobierno no quiere al frente de la AUF por un nuevo mandato. Y la información continúa "Lescano dejó en claro que la intención del gobierno no es intervenir, "salvo circunstancias excepcionales, o mandato de carácter legal". Pero dijo que sería conveniente que Figueredo diera de una vez por todas un paso al costado, dejando libre el camino para una nueva figura política."

Quizás el error central del ministro Lescano sea desconocer que, cuando un gobernante habla, esta ejecutando un acto de gobierno, y en este caso si un gobernante dice 'fulano no me gusta', está interviniendo en la elección de fulano. ¿O a qué le llama intervenir, a meter el dedo del gobierno en una decisión ajena a su competencia? En fin, Figueredo -para tranquilidad del gobierno- dejó la AUF.

Esta ejecución de notas en el arte de la política, no es lo mismo que el famoso 'como te digo una cosa te digo la otra' del ministro Mujica. Este es otro de los elementos que hablábamos al inicio del artículo.

Para terminar, recordar al gran maestro director de la orquesta fundamental que interpreta exclusivamente el arte de no decir diciendo, con un posgrado en 'yo no dije lo que usted dice que yo dije'. Tal vez las apreciaciones de Lescano, sean parte de la banda gubernamental, seguramente.