Por Fitzgerald Cantero Piali
La semana pasada dábamos cuenta de nuestra posición frente a las erróneas afirmaciones que establecían, que los colorados nos habíamos pasado toda la vida privatizando los servicios públicos. Y en el final de nuestra columna, prometíamos dedicarnos a “las ironías del Frente Amplio” que por ejemplo, “se opuso -referéndum mediante- a la asociación de Ancap, luego de haber coredactado la ley, totalmente lejana a esta concesión que se propone para el Hotel Carrasco”.Más allá de la aberración jurídica que votó por mayoría la Junta Departamental el pasado jueves sobre este tema, de esa sesión surgieron las claras diferencias de procesos, estilos y formas de actuar de los partidos políticos.Nuestro compañero de bancada, Aníbal Gloodtdofsky, votó con el Frente Amplio dicho decreto, que en la percepción del resto de nuestra bancada -afirmada en varios informes jurídicos-, es a todas luces ilegal e inconstitucional. No sólo votó, sino que argumentó y contestó varias alusiones, sin que tuviera que pedir permiso al resto de sus correligionarios, ni a autoridad partidaria alguna. Por su parte, el edil del Partido Comunista, Carlos Tutzó, dijo: “se dieron amplísimas mayorías en la Departamental del Frente Amplio, amplísimas mayorías en la bancada que exceden las fuerzas necesarias para mandatar, y más allá de que nosotros hubiéramos preferido no estar en Sala, agradecemos que la bancada nos haya permitido estar aquí, votando junto con los demás, pero dando nuestras opiniones.”Como se observa, las diferencias rompen los ojos. Una postura, la del Partido Colorado -que es el partido de la libertad- de dejar a sus miembros a tomar las posiciones que estimen pertinentes. La otra, la del edil frenteamplista que agradece a su bancada el estar en Sala dando su opinión. A pesar de ello, sostuvo: “Hoy la verdad, compañeros votamos con el resto de la bancada temblando”.Utilizaré las propias palabras del edil Tutzó para entrar de lleno en el tema prometido. Dijo en la misma sesión el edil comunista, “nos hubiera gustado, nos hubiera encantado que cuando defendimos grandes temas estratégicos de este país porque se habla de no cambiar el discurso , que cuando batallamos por las principales empresas públicas de este país, estratégicas, y que gracias al trabajo de algunos y a la decisión del pueblo uruguayo siguen estando en manos del pueblo uruguayo y no de empresas extranjeras, hubiésemos estado juntos.”No se sabe bien a quién se refiere, si es a los partidos históricos por el referéndum de 1992 o a Asamblea Uruguay por el referéndum de Ancap de 2003. Si fue para los primeros, se equivoca, pues no había posiciones monolíticas al interior de ambos partidos, sectores importantes -como el Movimiento Nacional de Rocha y el Foro Batllista- estaban en contra de la Ley de Empresas Públicas.Desde la oposición el Frente Amplio siempre estuvo a favor de las estatizaciones. Pero, desde que asumió el gobierno ha sido más liberal que sus antecesores. El negocio -para los privados- por el cual se vendió Pluna, Argentino Hotel de Piriápolis incluido, nada tiene que ver con los discursos estatistas de hace tres años, ni con lo sostenido por los comunistas hoy. El FA promovió un proceso de adhesión al referéndum por la Ley de inversiones, hoy el presidente Tabaré Vázquez, reivindica las virtudes de esa norma.Promovieron y ganaron un referéndum contra la ley que coredactaron para Ancap, y ahora, hacen varios acuerdos con empresas petroleras extranjeras, de los que se encargan de informar muy poco.Mantienen y defienden las concesiones en el puerto y en el aeropuerto, tan criticadas y motivo de recolección de firmas y convocatoria de adhesiones para derogarlas.Y ahora elaborarán una ley para pasar un recurso cien por ciento estatal -las salas de juego de los casinos municipales-, a manos privadas. Y digo bien, los casinos municipales, porque a menos que hagan una ley con nombre y apellido -Casino Carrasco-, la norma habilitará a la concesión de todas las salas de juego que estén en dominio municipal.Esta es una pincelada del Frente Amplio de ayer y el de hoy, en cuanto a privatizaciones. Por supuesto que en Montevideo hace 17 años que vienen haciendo de la concesión una regla general. Pero hoy, desde el gobierno nacional, estos cambios adquieren una nueva dimensión. A muchos que no lo advertían en la capital, se les está demostrando cuál es la realidad.
