Exposición realizada el 2 de abril de 2005 por Fitzgerald Cantero Piali en la Convención Nacional del Partido Colorado, con motivo de conmemorarse el 72º aniversario del fallecimiento de Baltasar Brum
Cuando uno comienza a preparar una exposición de estas características se presentan varias disyuntivas. La más notoria es ¿qué decir de un hombre como Baltasar Brum..., luego de que han transcurrido 72 años de su suicidio, que ya no se haya dicho?
La respuesta no es fácil.
He subido aquí en nombre de mi sector, la Unión Colorada y Batllista. Comienzo entonces expresando la importancia que tiene para la UCB, la figura de Baltasar Brum, fundador de la Unión Colorada.
Unión Colorada que se gestó para unir al Partido Colorado, Brum asumía la presidencia y necesitaba un partido fuerte (es decir actuando) y unido, como cualquier otro presidente.
Uno se imagina cómo podemos aplicar el pensamiento de Baltasar Brum hoy, ¿en este sentido? Manteniendo la unión y la vida interna de nuestro partido, por encima de los sectores. Nuestro partido siempre se muestra unido hacía afuera, eso es muy bueno. Y dentro, tiene diferencias entre los distintos sectores, eso es sano. Pero lo que no es sano, es cuando los intereses de algún o algunos sectores se ponen por encima de los intereses partidarios.
Al respecto Brum decía: “Se equivocan los que me suponen subordinado a egoísmos de círculo y dispuesto a manejarme con el solo consejo íntimo del compañerismo y de la amistad.”
El joven Brum
A su juventud no podemos dividirla, porque fue siempre joven. (Hubiese cumplido 50 años en junio del '33).
Sí podemos decir que cuando Baltasar comenzaba a dar sus primeros pasos en política, la figura de José Batlle y Ordóñez se erigía con hegemonía en la política del país.
El paso del presidente por Paysandú a los 20 años de Brum, le deslumbró y le grabó allí para siempre el amor por los ideales que le acompañaron en su corta vida.
Brum fue un joven idealista... se lo percibe en cada acto de la administración de gobierno, desde cualquiera de los múltiples cargos en los que actuó, en su accionar político, y no precisamos pruebas que lo fue en sus decisiones personales.
¡Cuánto precisamos de su idealismo los jóvenes de hoy para no caer en las manos voraces del mundo actual, carente de valores y respetos! ¡Cuánto precisamos de sus ideales todos los colorados de la república para defender la libertad, principio sagrado que todo el tiempo debemos proteger!
Brum ministro
En la tarde de ayer llamé a don Edwin Armstrong Brum -sobrino de Baltasar- y le comenté que tendríamos este homenaje aquí y tuve la fortuna -como siempre cuando dialogó con él- de haberme ilustrado en varias cosas. Lamentablemente no nos puede acompañar hoy por motivo de un inconveniente de salud, leve por suerte.
Edwin me decía que el primer decreto que firmó Brum como Ministro de Instrucción Pública con Batlle, fue el que propuso derogar la prohibición de votar que tenían los directores de escuelas. Esa fue la primera medida. Vemos allí la aplicación in situ de sus ideales.
Brum tratadista
En su faceta de ministro de Relaciones Exteriores Baltasar Brum tuvo una destacada labor, de la que quiero rescatar la concepción que tenía de la unión de América.
Entendía que de las consecuencias de la guerra había que fortalecer la unión de los países americanos, no de algunos contra otros como se propone hoy en nuestra región. No el Sur contra el Norte, en una secesión que terminaría en atrocidad pueril. Proponía la unión de todos los países americanos. Lo que luego se transformaría en la propuesta de la “Liga Americana de Naciones”.
Ese panamericanismo, permítaseme la comparación, me hizo pensar en el ALCA.
¡Vaya si tendremos que luchar por nuestro ideales en este siglo y en esta América integrada por algunos líderes populistas que creen que las culpas de nuestros problemas son de otros a los cuales hay que combatir, y no se dan cuenta que la culpa es de nosotros mismos, entre otras cosas, por no unirnos sin exclusiones!
Me comentaba Edwin Armstrong Brum, que cuando Baltasar estuvo en los Estados Unidos, el presidente Wilson quedó muy contento con su desempeño diplomático y le dijo que le pidiera lo que quisiera. Wilson estaba acostumbrado que países como el nuestro le pidieran plata, sobre todo. El pedido de Baltasar fue que EE.UU no invadiera Santo Domingo.
¡He ahí otro ideal a defender en este Batllismo del siglo XXI! ¡Defender la soberanía de los pueblos y la libertad de los mismos!
Presidente Brum
Cuando Baltasar Brum asumió la presidencia de la República se inauguraba una peculiar característica en el Poder Ejecutivo, la Creación del Consejo de Administración por el cual él y el batllismo habían trabajado tanto. Este no es un aspecto menor, porque Brum entendía a esa nueva Constitución como forma de mayor democratización. La idea de que el Poder Ejecutivo no estuviera en las manos de un solo hombre era vital para esa concepción, pues se entendía que de ese modo, la veleidad de los hombre podría poner en dudas las instituciones democráticas y la libertad de las personas. Cuando la veleidad de un hombre arrasó con las instituciones, Brum entregó su vida para que las instituciones volvieran pronto al pueblo, único depositario de las mismas, y para aferrar a este a la libertad (principio y valor sagrado).
En el discurso que brindó cuando asumió la presidencia, Brum refirió a cierta parte de la población que mantenía -en sus palabras- “una señalada hostilidad contra la política y los políticos, cuyas actividades reputan de calidad inferior”.
Tenía Baltasar allí, un desafío por delante.
Todos nosotros, vivimos en un época en que la actividad política y lo político, está también mal reputada. Nuestro partido no escapa a esa calificación. Por ende nuestro desafío, seguramente sea mayor que el de Brum. Uno de los mejores homenajes que le podemos tributar es el de dignificar la política y día a día batallar para que la ciudadanía sienta, que nuestro partido aporta a la construcción permanente de nuestro ideales democráticos.
En ese discurso del 1º de marzo de 1919, Brum aseguraba que jamás utilizaría “las fuerzas de la República” para ejercer “la violencia sobre la voluntad de los ciudadanos”.
Vemos ahí otra prueba de sus concepciones democráticas y de su valiente decisión del 31 de marzo del ‘33.
Como buen batllista, Brum, siempre defendió a los más humildes, a los más necesitados.
Entendía que la lucha de clases era “una inconcebible aberración”.
En este siglo XXI hay quienes, fuera de nuestro partido, se dicen batllistas y al mismo tiempo albergan hostilidades confrontativas, opuestas a la matriz liberal y asociativa que el batllismo siempre maximizó. Toda la culpa no es de ellos por esa incoherencia. Gran parte de la culpa la tiene el propio Partido Colorado, todos nosotros, por haber permitido que nos arrebataran esas ideas y que las confundieran a su antojo, y nosotros no hemos salido a la opinión pública, con fuerza, a reivindicar nuestras raíces. ¡Quizás esta convención y este homenaje a Brum, sea el inicio de esa reivindicación!
Brum social
Todos sabemos cuál es la faceta social del batllismo. Sin embargo quiero mencionar dos aspectos recogidos en los diversos materiales consultados.
Brum fue un gran defensor de los derechos de las mujeres, quienes en aquella época gozaban de muy poca igualdad .
Y también -sobre todo desde El Día- se apoyó mucho al fútbol uruguayo, tanto fue así que las crónicas relatan que los triunfos de la década del ’20 se festejaron en el diario como propios.
Hoy las circunstancias son otras. Las mujeres todos los días, dan muestras de su capacidad para asumir más responsabilidades, y lo hacen eficientemente.
En el fútbol... sabemos cómo nos va.
Comento esto porque hoy se tiene la concepción de que la mejor forma de aplicar el batllismo es impulsando las mismas medidas que hace 100 años. Y como es obvio el mundo cambió. Entonces ¿cómo aplicarlo? No impulsando las mismas medidas, además de ser poco creativos atrasaríamos a nuestra nación. La mejor forma de aplicarlo es preservando su filosofía y defendiendo sus valores sin permitir que lo hagan otros que nada tienen que ver con el batllismo.
Para nosotros, jóvenes colorados hoy, Baltasar Brum debe ser verbo de renovación, pero renovación no significa que salgan quienes están en las posiciones más altas del partido para dejarle lugar a los más jóvenes. Eso no es renovación, eso es sustitución. Brum no lastimó su corazón para sustituir al dictador, lo hizo para darle una oportunidad a la democracia y a la libertad.
Eso sí es renovación: OPORTUNIDAD.
Dice Juan Carlos Welker en su libro “Baltasar Brum- Verbo y acción”: "El mejor homenaje que [el partido] podía rendir al muerto querido, era ahogar el dolor, y recomenzar la lucha desde el llano, con la tenacidad y la voluntad de vencer con las que José Batlle y Ordóñez iniciara años atrás la gloriosa gesta de la conquista del pueblo por el idealismo de sus concepciones."
Los invito a volver al llano, a conjugar el verbo de Brum como renovación en el sentido de oportunidades, democracia interna y libertad.
Los invito -como dice Welker- a rendirle a Baltasar Brum el homenaje de repetirle, que "sabremos cumplir", que defenderemos la LIBERTAD O CON GLORIA MORIR.
Los invito a construir el batllismo de este siglo con las mejores ideas de la matriz batllista.
Los invito a gritar fuerte ¡SABREMOS CUMPLIR, VIVA BRUM!
La respuesta no es fácil.
He subido aquí en nombre de mi sector, la Unión Colorada y Batllista. Comienzo entonces expresando la importancia que tiene para la UCB, la figura de Baltasar Brum, fundador de la Unión Colorada.
Unión Colorada que se gestó para unir al Partido Colorado, Brum asumía la presidencia y necesitaba un partido fuerte (es decir actuando) y unido, como cualquier otro presidente.
Uno se imagina cómo podemos aplicar el pensamiento de Baltasar Brum hoy, ¿en este sentido? Manteniendo la unión y la vida interna de nuestro partido, por encima de los sectores. Nuestro partido siempre se muestra unido hacía afuera, eso es muy bueno. Y dentro, tiene diferencias entre los distintos sectores, eso es sano. Pero lo que no es sano, es cuando los intereses de algún o algunos sectores se ponen por encima de los intereses partidarios.
Al respecto Brum decía: “Se equivocan los que me suponen subordinado a egoísmos de círculo y dispuesto a manejarme con el solo consejo íntimo del compañerismo y de la amistad.”
El joven Brum
A su juventud no podemos dividirla, porque fue siempre joven. (Hubiese cumplido 50 años en junio del '33).
Sí podemos decir que cuando Baltasar comenzaba a dar sus primeros pasos en política, la figura de José Batlle y Ordóñez se erigía con hegemonía en la política del país.
El paso del presidente por Paysandú a los 20 años de Brum, le deslumbró y le grabó allí para siempre el amor por los ideales que le acompañaron en su corta vida.
Brum fue un joven idealista... se lo percibe en cada acto de la administración de gobierno, desde cualquiera de los múltiples cargos en los que actuó, en su accionar político, y no precisamos pruebas que lo fue en sus decisiones personales.
¡Cuánto precisamos de su idealismo los jóvenes de hoy para no caer en las manos voraces del mundo actual, carente de valores y respetos! ¡Cuánto precisamos de sus ideales todos los colorados de la república para defender la libertad, principio sagrado que todo el tiempo debemos proteger!
Brum ministro
En la tarde de ayer llamé a don Edwin Armstrong Brum -sobrino de Baltasar- y le comenté que tendríamos este homenaje aquí y tuve la fortuna -como siempre cuando dialogó con él- de haberme ilustrado en varias cosas. Lamentablemente no nos puede acompañar hoy por motivo de un inconveniente de salud, leve por suerte.
Edwin me decía que el primer decreto que firmó Brum como Ministro de Instrucción Pública con Batlle, fue el que propuso derogar la prohibición de votar que tenían los directores de escuelas. Esa fue la primera medida. Vemos allí la aplicación in situ de sus ideales.
Brum tratadista
En su faceta de ministro de Relaciones Exteriores Baltasar Brum tuvo una destacada labor, de la que quiero rescatar la concepción que tenía de la unión de América.
Entendía que de las consecuencias de la guerra había que fortalecer la unión de los países americanos, no de algunos contra otros como se propone hoy en nuestra región. No el Sur contra el Norte, en una secesión que terminaría en atrocidad pueril. Proponía la unión de todos los países americanos. Lo que luego se transformaría en la propuesta de la “Liga Americana de Naciones”.
Ese panamericanismo, permítaseme la comparación, me hizo pensar en el ALCA.
¡Vaya si tendremos que luchar por nuestro ideales en este siglo y en esta América integrada por algunos líderes populistas que creen que las culpas de nuestros problemas son de otros a los cuales hay que combatir, y no se dan cuenta que la culpa es de nosotros mismos, entre otras cosas, por no unirnos sin exclusiones!
Me comentaba Edwin Armstrong Brum, que cuando Baltasar estuvo en los Estados Unidos, el presidente Wilson quedó muy contento con su desempeño diplomático y le dijo que le pidiera lo que quisiera. Wilson estaba acostumbrado que países como el nuestro le pidieran plata, sobre todo. El pedido de Baltasar fue que EE.UU no invadiera Santo Domingo.
¡He ahí otro ideal a defender en este Batllismo del siglo XXI! ¡Defender la soberanía de los pueblos y la libertad de los mismos!
Presidente Brum
Cuando Baltasar Brum asumió la presidencia de la República se inauguraba una peculiar característica en el Poder Ejecutivo, la Creación del Consejo de Administración por el cual él y el batllismo habían trabajado tanto. Este no es un aspecto menor, porque Brum entendía a esa nueva Constitución como forma de mayor democratización. La idea de que el Poder Ejecutivo no estuviera en las manos de un solo hombre era vital para esa concepción, pues se entendía que de ese modo, la veleidad de los hombre podría poner en dudas las instituciones democráticas y la libertad de las personas. Cuando la veleidad de un hombre arrasó con las instituciones, Brum entregó su vida para que las instituciones volvieran pronto al pueblo, único depositario de las mismas, y para aferrar a este a la libertad (principio y valor sagrado).
En el discurso que brindó cuando asumió la presidencia, Brum refirió a cierta parte de la población que mantenía -en sus palabras- “una señalada hostilidad contra la política y los políticos, cuyas actividades reputan de calidad inferior”.
Tenía Baltasar allí, un desafío por delante.
Todos nosotros, vivimos en un época en que la actividad política y lo político, está también mal reputada. Nuestro partido no escapa a esa calificación. Por ende nuestro desafío, seguramente sea mayor que el de Brum. Uno de los mejores homenajes que le podemos tributar es el de dignificar la política y día a día batallar para que la ciudadanía sienta, que nuestro partido aporta a la construcción permanente de nuestro ideales democráticos.
En ese discurso del 1º de marzo de 1919, Brum aseguraba que jamás utilizaría “las fuerzas de la República” para ejercer “la violencia sobre la voluntad de los ciudadanos”.
Vemos ahí otra prueba de sus concepciones democráticas y de su valiente decisión del 31 de marzo del ‘33.
Como buen batllista, Brum, siempre defendió a los más humildes, a los más necesitados.
Entendía que la lucha de clases era “una inconcebible aberración”.
En este siglo XXI hay quienes, fuera de nuestro partido, se dicen batllistas y al mismo tiempo albergan hostilidades confrontativas, opuestas a la matriz liberal y asociativa que el batllismo siempre maximizó. Toda la culpa no es de ellos por esa incoherencia. Gran parte de la culpa la tiene el propio Partido Colorado, todos nosotros, por haber permitido que nos arrebataran esas ideas y que las confundieran a su antojo, y nosotros no hemos salido a la opinión pública, con fuerza, a reivindicar nuestras raíces. ¡Quizás esta convención y este homenaje a Brum, sea el inicio de esa reivindicación!
Brum social
Todos sabemos cuál es la faceta social del batllismo. Sin embargo quiero mencionar dos aspectos recogidos en los diversos materiales consultados.
Brum fue un gran defensor de los derechos de las mujeres, quienes en aquella época gozaban de muy poca igualdad .
Y también -sobre todo desde El Día- se apoyó mucho al fútbol uruguayo, tanto fue así que las crónicas relatan que los triunfos de la década del ’20 se festejaron en el diario como propios.
Hoy las circunstancias son otras. Las mujeres todos los días, dan muestras de su capacidad para asumir más responsabilidades, y lo hacen eficientemente.
En el fútbol... sabemos cómo nos va.
Comento esto porque hoy se tiene la concepción de que la mejor forma de aplicar el batllismo es impulsando las mismas medidas que hace 100 años. Y como es obvio el mundo cambió. Entonces ¿cómo aplicarlo? No impulsando las mismas medidas, además de ser poco creativos atrasaríamos a nuestra nación. La mejor forma de aplicarlo es preservando su filosofía y defendiendo sus valores sin permitir que lo hagan otros que nada tienen que ver con el batllismo.
Para nosotros, jóvenes colorados hoy, Baltasar Brum debe ser verbo de renovación, pero renovación no significa que salgan quienes están en las posiciones más altas del partido para dejarle lugar a los más jóvenes. Eso no es renovación, eso es sustitución. Brum no lastimó su corazón para sustituir al dictador, lo hizo para darle una oportunidad a la democracia y a la libertad.
Eso sí es renovación: OPORTUNIDAD.
Dice Juan Carlos Welker en su libro “Baltasar Brum- Verbo y acción”: "El mejor homenaje que [el partido] podía rendir al muerto querido, era ahogar el dolor, y recomenzar la lucha desde el llano, con la tenacidad y la voluntad de vencer con las que José Batlle y Ordóñez iniciara años atrás la gloriosa gesta de la conquista del pueblo por el idealismo de sus concepciones."
Los invito a volver al llano, a conjugar el verbo de Brum como renovación en el sentido de oportunidades, democracia interna y libertad.
Los invito -como dice Welker- a rendirle a Baltasar Brum el homenaje de repetirle, que "sabremos cumplir", que defenderemos la LIBERTAD O CON GLORIA MORIR.
Los invito a construir el batllismo de este siglo con las mejores ideas de la matriz batllista.
Los invito a gritar fuerte ¡SABREMOS CUMPLIR, VIVA BRUM!

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